relojes web gratis
Para quitar la musica, presiona el boton "pausa" en el reproductor color naranja.

Dos grandes revoluciones del siglo XX

El siguiente trabajo se va a realizar con el fin de aclarar las diferencias que tuvieron la revolución rusa con la revolución mexicana ya que ambas fueron grandes rebeliones que surgieron en el s. XX. La manera para realizarlo será explicar las etapas de las diferentes revoluciones pero a la par, es decir se explicará los antecedentes de la revolución mexicana junto con los de la revolución rusa así sucesivamente. Estas dos revoluciones fueron unas de los grandes acontecimientos que desataron grandes cantidades de muertos y que conmovido al mundo entero, pero lograron lo que se propusieron ya que ambas naciones vivían una etapa de miseria para la mayoría de la población pero gracias a este levantamiento pudieron salir adelante y comenzar con una nueva etapa de prosperidad. La revolución mexicana fue un levantamiento en contra de la reelección del dictador Porfirio Díaz que luego de gobernar 31 años generó pobreza en la población y también por problemas que España no resolvió cuando México era Nueva España, en cambio, la rusa fue una revolución en la que obreros, soldados y campesinos acabaron con la larga dinastía autocrática de 300 años de los Romanov que impedía la modernización de Rusia.

Capitulo 7 "KATZ"




El papel de la violencia y el terror en las revoluciones mexicana y rusa

El siglo XX estuvo marcado por dos revoluciones consideradas las más importantes de la época que marcarían el rumbo de ambas naciones en donde se desarrollaron para el resto de la historia.

La revolución rusa

     La primera podría llamarse “la revolución desde abajo”, que incluye tanto el derrocamiento del antiguo Estado como una guerra civil entre las diversas facciones revolucionarias. En febrero de 1917, el zar de Rusia fue derrocado, y después de la revolución bolchevique de octubre empezó una sangrienta guerra civil, primero entre los bolcheviques y las fuerzas del viejo régimen, y después entre los bolcheviques y otras facciones revolucionarias tal como los mencheviques y los social revolucionarios. En México, se produjeron primero la revolución maderista y la revolución contra Huerta que unió a todos los revolucionarios. Luego vino la guerra civil entre las facciones más radicales de la Convención y los carrancistas más conservadores.

     En ambos casos, una vez bien consolidado el régimen surgido de la “revolución desde abajo”, comenzó una segunda etapa que podría llamarse “revolución desde arriba”, que transformó profundamente a la sociedad. En la Unión Soviética esta transformación desde arriba tuvo lugar bajo Stalin y cambió completamente la estructura del campo, de la ciudad, del país y de las relaciones socio-políticas.
     En México, la “revolución desde arriba” que tuvo lugar bajo la presidencia de Lázaro Cárdenas trajo las más profundas transformaciones sociales que México haya conocido. Lo que más impresiona y lo que primero me indujo a pensar en esta comparación es una profunda diferencia  entre estas dos “revoluciones desde arriba” que le dieron una cara distinta a la entonces Unión Soviética y a México durante los años treinta. La revolución estaliniana se llevó a cabo en un ambiente de terror, con millones de víctimas. No se toleró ningún tipo de oposición. Stalin, el dirigente revolucionario, se convirtió en un semidiós, que se mantuvo en el poder hasta su muerte, con autoridad ilimitada. Algo similar ocurrió en China con la revolución cultural y el poder
de Mao, aunque sería demasiado complicado incluir a China en esta comparación.



La revolución mexicana

En México también tuvo lugar una “revolución inspirada desde arriba” aunque como bien se menciona recibió mucho apoyo de “abajo”, pero en donde el dirigente Lázaro Cárdenas sólo estuvo en el poder por seis años (1934-1940). Las más grandes transformaciones en la historia de México desde los inicios del siglo XX tuvieron lugar en ese sexenio: la profunda reforma agraria que transformó el campo; la expropiación petrolera que limitó el poder de las compañías privadas extranjeras; las reformas educativas y laborales.

Pero mucho más sorprendente, en contraste con la URSS y con China, es que la época cardenista fue la menos violenta en la historia de México desde los comienzos del siglo XX: hubo relativamente poca represión y no puede hablarse de un terror masivo contra grupos disidentes. Existieron legalmente las organizaciones de oposición y tuvieron sus órganos de prensa. Cárdenas nunca se convirtió en un semidiós ni quiso ser un dictador de por vida. De hecho, en contraste con todos sus predecesores después de Madero Carranza, Obregón y Calles, Cárdenas no tenía intención alguna de mantenerse en el poder después de su sexenio. Además puso fin al conflicto entre la Iglesia y el Estado en el año 1938.


Las diferencias

No cabe duda de que hay diferencias importantes entre las revoluciones rusa y mexicana. En contraste con México, Rusia era una potencia mundial, por lo cual la revolución rusa fue en gran parte un producto de los enormes sacrificios que le impuso la primera guerra mundial y del debilitamiento del Estado que resultó de ella. Nada similar ocurrió en México. El grupo triunfante en la revolución rusa los bolcheviques tenía metas utópicas y universalistas: querían transformar completamente a la sociedad y al individuo, y se veían como la vanguardia de la revolución mundial, cuyas verdades tenían validez universal.

     Con este fin crearon la Internacional Comunista e impulsaron revoluciones en muchas partes del mundo. En México también existían grupos revolucionarios con metas utópicas. Los 
zapatistas querían recrear una sociedad rural compuesta enteramente de pueblos comunales una sociedad que nunca existió, pues los pueblos siempre estaban ligados de una manera u otra con grandes haciendas. Los villistas querían recrear una vieja institución fronteriza de colonias militares y, en palabras de un observador extranjero de la época: “querían que la propiedad de los ricos fuera administrada por el gobierno para el beneficio de las masas, y aunque no fue claramente articulado, el ideal socialista parece dominar este movimiento”. Pero estas facciones utopistas fueron derrotadas por la facción carrancista, que además de no tener metas utópicas, se oponía a la reforma agraria y creía claramente en el capitalismo, aunque sus dirigentes preferían que este capitalismo fuera mexicano. Las metas de los

revolucionarios mexicanos eran mucho más limitadas que las de los revolucionarios rusos. Algo más, los mexicanos nunca trataron de exportar su revolución.


     Finalmente, otra diferencia importante es que durante la revolución rusa las antiguas clases dominantes como los terratenientes, la burguesía, los inversionistas extranjeros fueron expulsadas o asesinadas. En México, muchos miembros de la clase dominante sobrevivieron y mantuvieron sus propiedades.
     A pesar de estas diferencias, hay puntos coincidentes entre ambas revoluciones. Las dos pueden ser consideradas como revoluciones sociales: en ambas hubo una participación masiva de las clases populares sobre todo de los grupos rurales en la primera fase del movimiento; en ambas se destruyó el viejo Estado; ambas tuvieron como resultado grandes cambios en la propiedad de la tierra y en las relaciones de estos países con las grandes potencias. 






0 comentarios:

Publicar un comentario

Inicio

 
Cool Blue Outer Glow Pointer